Mi música es libre de IA

En un mundo donde los algoritmos afinan melodías y las máquinas escriben versos, yo elijo el camino contrario: el humano. Mi música nace de la piel, del temblor de una emoción que no se puede programar. No rechazo la tecnología, la uso, la exploro, la transformo, pero cuando se trata de crear, mi alma no delega.

Cada canción que compongo es un testimonio de lo vivido. No hay inteligencia artificial que haya sentido lo que yo sentí al romperme, al renacer, al amar con todo y perder. Por eso, mi proyecto es libre de IA. No porque esté en contra del futuro, sino porque mi presente necesita ser real.

He visto cómo la industria se acelera, cómo se multiplican los contenidos sin alma. Pero yo prefiero la pausa, el ritual, el proceso. Prefiero grabar con mis propias manos, editar con mis propios ojos, escribir con mi propio corazón. Porque cuando alguien escucha Sigue tu Corazón, quiero que sienta que hay alguien detrás. No un sistema, sino un ser.

Mi música es imperfecta, como yo. Y en esa imperfección está su fuerza. No busco competir con la precisión de una máquina, sino conectar con la vulnerabilidad de quien escucha. Porque la música no es solo sonido: es memoria, es herida, es abrazo.

Este blog es una declaración, sí. Pero también es una invitación. A quienes crean desde lo humano, a quienes sienten que su arte no puede ser automatizado. A quienes creen que el alma no se sintetiza.

Gracias por estar aquí. Por escuchar con el corazón. Por acompañarme en este viaje donde cada nota es un acto de resistencia, y cada verso, un pedazo de verdad.

Si estas palabras resonaron contigo, te invito a sumergirte en mi playlist Renacer Cósmico una constelación de canciones tejidas con alma, cicatrices y luz. 🎧 Escúchala en Spotify, si alguna vez te rompiste. Escúchala, si estás listo para volver a florecer.